Ha sido un privilegio poder iniciar el año manteniendo una charla con Ramón Andrés y todas las personas que nos acompañaron, ayer. El objetivo de este encuentro era compartir un tiempo de diálogo para exponer nuestras inquietudes, nuestra forma de entender el pensar, la poesía, la música, los silencios…
Entre otros muchos temas, conversamos sobre la importancia de la memoria para poder pensar el ahora y el devenir. «No podemos carecer de pasado porque es lo que nos configura. Carecer de él es un expolio al ser humano. Somos herederos de los primeros fríos que sufrieron aquellos seres primitivos, de las emociones que sintieron, como el miedo, el amor, la envidia…, que para bien o para mal pertenecen al ser humano, lo configura.»
También charlamos sobre las consecuencias de vivir en una sociedad tan proyectada hacia el futuro, con muy poca presencia en lo presente. Sobre la necesidad de regresar a la esencialidad, que es lo único que verdaderamente nos hace libres. Regresar a lo humano. Aprender a vivir con lo necesario. Sobre la importancia de pensar…
El tiempo es un no-tiempo cuando se conversa con una persona tan sabia, coherente y honesta como Ramón Andrés. Además, tuvimos la dicha de escucharlo declamar uno de los preciosos poemas contenidos en su libro «Los árboles que nos quedan» como guinda final.
Reiteramos desde aquí nuestro inmenso agradecimiento por compartir con nosotros este tiempo de charla, por todas sus enseñanzas, por su generosidad, calidez y calidad humana.
¡Gracias, maestro!
