Actividad
Nuestra principal actividad se centra en la organización de retiros culturales para grupos reducidos, en los que los asistentes además de participar en un seminario, curso o taller impartido por pensadores, escritores, cineastas o artistas de referencia conviven con ellos, y otras personas con intereses afines, durante un fin de semana en pequeños hoteles rurales, que reservamos en exclusiva, ubicados en entornos naturales de gran belleza.
La formación se imparte en cuatro sesiones durante el fin de semana. Alguna práctica, dependiendo de la disciplina y el clima, se realiza en el exterior. En ciertos casos, el programa también puede contemplar una visita de interés cultural acorde al tema que se aborde.
Conocimiento, belleza paisajística, confort, buena comida, amistad, entre otros imponderables, convierten nuestros encuentros en un acontecimiento inolvidable.
También realizamos seminarios, cursos y talleres de una única jornada, en sábado. Y, ocasionalmente, conferencias y clases magistrales online.
Nosotros
Los protagonistas de Entelequia son los autores, autoras y artistas que imparten los cursos, las personas que participan y la empatía que emerge en cada uno de nuestros retiros, capaz de envolver un espacio y tiempo donde los roles se desdibujan para confluir en un encuentro de enriquecimiento mutuo.
Dirige el proyecto Rita Rodríguez, quien cuenta con más de veinte años de experiencia profesional en el mundo editorial y la gestión cultural. Organiza sus primeras Jornadas Literarias para editores en el año 1997, en San José de Costa Rica. Le siguen muchas otras que se llevan a cabo en distintos emplazamientos de Europa y América Latina. En 2018 funda Entelequia Cultura.
Es Licenciada en Filología Hispánica por la UNED. Colabora con diversas revistas culturales escribiendo artículos, entrevistas y reseñas críticas de libros. Forma parte del equipo docente del Máster de Edición de Taller de Libros.
Filosofía
El término filosófico “entelequia”, del griego εντελέχεια, hace referencia a un trabajo activo hacia la consecución de un fin, inmanente a la propia cosa. Se podría traducir como ‘tener el fin en sí mismo’.
Aristóteles, padre del término, lo utilizaba para designar dos entidades en una. Por un lado, la realización plena de las potencialidades de un ser y, por otro, la energía que hace posible su consumación. De modo que un cerezo sería la entelequia de la semilla que, por sí misma, tenderá a convertirse en el preciado árbol.
Se trata, pues, del alma que habita en todas las cosas.
Nuestra entelequia es construir un espacio en el que la cultura tienda a su fin natural, que es ayudarnos a estar en sintonía con el mundo que nos rodea, pero, sobre todo, a comprender nuestro mundo interior y poder representarlo a través del pensamiento, la literatura o el arte, en cualquiera de sus múltiples formas.
Hablan de nosotros