Dieciséis personas, sentadas alrededor de la mesa del jardín, aguzan el oído, la mirada, el tacto, el asombro. Sienten. Son. Escriben. Mientras tanto, los estorninos conversan con la incipiente primavera que ha estallado en decenas de racimos malva que se derraman por encima de ellas.

Esta podría ser una de las estampas de los momentos vividos en el reciente retiro literario con Jesús Carrasco. Otra podría describir las tertulias vespertinas frente al fuego o los paseos entre las encinas que aparecen en la imagen, las sobremesas, las risas, los abrazos. Han sido tantos los memorables instantes vividos que resulta imposible enumerarlos.

En la obra de Jesús Carrasco el paisaje nunca es gratuito o inerte sino que cumple una función narrativa que explica o amplía lo que los personajes sienten o piensan. El paisaje es como un espejo. El propósito del taller/laboratorio era precisamente profundizar en este aspecto. Escribir sobre lo que nos rodeaba, como forma de observación, pero también, y sobre todo, como forma de buscar lo que nos constituye, lo que hay dentro de nosotros. Ha sido un deleite.

Gracias, maestro, por las valiosas enseñanzas, por la entrega, el cariño, por ser batuta de la orquesta de amigos y amigas que nos acompañaron y compartieron su luz. Mi gratitud también a todas ellas y ellos. Gracias a María Castaña por cuidarnos con exquisitos guisos. A Fátima y Abel, gracias, por hacer del Molino nuestra casa.

Escribir el paisaje (interior)
Retiro literario con Jesús Carrasco
24, 25 y 26 de marzo 2023, Sierra de Aracena (Huelva)

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