EN BUSCA DE LA IMAGINACIÓN PERDIDA (curso presencial con Laura Fernández)

Descripción del taller:

Que la realidad en la ficción es una convención lo está dejando claro la forma en que eso que hemos dado en llamar realismo está evitando hoy la realidad real, es decir, las consecuencias de la pandemia —el uso de mascarillas, la distancia social,  y, en general, el mundo que ya no se parece al mundo y que, sin embargo, sigue apareciendo en aquello que se escribe hoy—, así pues ¿por qué no salir en busca de la imaginación perdida? ¿Por qué no dejarnos llevar e inventar nuestra propia realidad?

“Para mí, las historias son objetos hallados, como los fósiles en el suelo […] reliquias, fragmentos de un mundo preexistente que no ha salido a la luz. El trabajo del escritor es usar las herramientas de su caja para desenterrarlas lo más intactas que se pueda”, dice Stephen King de la manera en que concibe sus ideas, ideas que pone luego en situación, y que, de forma intuitiva, deja que se abran camino y sean ellas quienes construyan la historia. ¿Quién está al mando sino la imaginación, de la forma más libre imaginable?

No es este un taller sobre escribir género fantástico sino sobre aprender a ser libres, literariamente hablando. Abandonar el mapa, empezar a usar la brújula, y permitir que nuestra historia se cuente a sí misma. A usar nuestra imaginación para dar forma al mundo en el que nuestra historia transcurre, y a la manera en que puede hacerlo sin dar nada por supuesto. ¿Por qué dejar fuera todo aquello que se nos ocurra cuando eso es lo que precisamente necesita nuestra historia para ser nuestra?

La imaginación, no la inteligencia, es lo que nos hace humanos, dejó dicho Terry Pratchett, y en este taller vamos a tenderle la mano para que sea ella, y no todo lo demás, esto es, lo que se supone que deberíamos hacer, el automatismo de aquello que King considera “el arresto domiciliario”, es decir, la sola idea de una trama que esté por encima de lo que, de verdad, queremos contar, la que tome el control. Porque sólo cuando lo haga, crearemos algo único. Porque sólo cuando lo haga, nos encontraremos como escritores.

Como decía Thomas Pynchon, “todos somos una sala llena de gente”. Y ha llegado el momento de empezar a conocerla.